sábado, 18 de junio de 2011

D de Dos

Desgraciadamente, discrepamos.
Dejemos de discutir, de destruirnos, de destrozarnos.
Descubramos dialogando despacio, dulcemente, de dónde derivan dichos desacuerdos.
Disipemos dudas. Dejémonos de discusiones desenfrenadas. Dejemos de desconcertarnos, de dañarnos.
Domestiquemos demonios.
Disimulemos defectos.
Dominémonos.
Deberíamos darnos dos días de descanso.
Desnúdate, disfrutemos del domingo...
Después Dios dirá.

No hay comentarios:

Publicar un comentario